Para, observa y acepta.
¡Párate y observa!
Coge aire. Haz una pausa para poder ver con otra perspectiva. Y desde ahí, acepta las cosas como vienen, y deja ir. Suelta, exhala, suelta.
Deja ir las expectativas y reducirás la confusión.
Este momento es justo como tiene que ser. Ríndete a él.
Para, observa y acepta.
““Que las aguas por las que viajas no te mojen.Y, una vez hayas llegado a la orilla, planta la vid y goza sin avergonzarte”.”